lunes, 17 de mayo de 2010

LOS PRIMEROS VISITANTES CONOCIDOS



La enorme isla de Groenlandia, geológicamente parte de Norteamérica, fue la primera región del continente en ser alcanzada por los europeos. De acuerdo con las sagas islandesas, el vikingo Erik el rojo (950-1001) exploró y colonizó la isla por primera vez, fundando un asentamiento en el año 985. En poco tiempo se consolidaron dos colonias estables que en conjunto pudieron reunir entre 3,000 a 5,000 individuos. Su vertiginoso crecimiento y la creciente necesidad de abastecerse de materias primas (por ejemplo, madera) pudo influir en la necesidad de explorar nuevas áreas de expansión. Tal vez con ese objeto, el primer europeo que divisó una parte de la tierra continental americana fue probablemente Bjarni Herjórlsson. Un comerciante islandes que avistó la costa alrededor del año 986, aunque no llegó a tomar tierra. Se cree que el año 1001, el hijo de Erik el rojo. Leif Ericson (c.975-1020), oriundo de Islandia y establecido en Groenlandia, le compró su barco a Herjólfssony, siguiendo sus descripciones, repitió la travesía, explorando la costa noroeste de lo que hoy es Canadá, donde pasó, cuando menos, un invierno. En su viaje, hizo escala en lo que él llamo Helluland (Tierra de los cantos rodados”, quizá la Tierra de Beffin) Markland (“Tierra de bosques “, quizá de la costa este de la península del labrador) y por último, Vinland ( “Tierra de pastos y viñas”), punto más al sur, donde fundó un pequeño asentamiento, al que llamó Leifbundir, cuya exacta identificación aún no ha sido establecida por los especialistas: para unos se trata de Terranova; para otros de Nueva Escocia o, incluso de Nueva Inglaterra. Cuando volvía de aquel primer viaje, Leif se encontró con navío mercantil que había naufrago y, tras salvar a su tripulación, fue recompensado con la valiosa carga que transportaba. A partir de entonces se le conoció con el sobrenombre de Leif “Afortunado”. Mientras tanto, pese a las condiciones relativamente favorables del entorno, el asentamiento vikingo en las costas norteamericanas no pudo prosperar más allá de unos años, quizás una década. Las escasas posibilidades de atraer a nuevas familias, la falta de mujeres y la hostilidad de los nativos locales, con mucha probabilidad de etnia algonquina, a quienes los vikingos llamaban skraeling (“ hombres feos”, en lengua arcaica noruega), dieron al traste con las esperanzas de Leif. Al parecer, desde el principio, las relaciones no fueron amigables. De hecho, según narran las sagas islandesas, ocho de los primeros nueve nativos que se acercaron al asentamiento vikingo fueron muertos, aunque no se especifican las razones. El superviviente regresó con el apoyo de un considerable grupo de guerreros, estableciéndose una lucha en la que hubo victimas por ambas partes (incluido Thorvad Ericson, hermano de Leif). Con el tiempo, pudo establecerse un cierto status quo que permitió un incipiente intercambio de bienes (leches y tejidos vikingos por pieles…), pero un incidente posterior (el intento de robo de un arma de hierro por parte de un indio y la muerte de este) convenció a Leif de la posibilidad de mantener el asentamiento sin el refuerzo de las defensas ni la presencia de nuevos colonos. El asentamiento como tal fue abandonado, pero no así la ruta, pues los vikingos de Groenlandia, siempre escasos de madera, continuaron abasteciéndose de ella en Markland al menos trescientos años más, hasta 1347. L os viajes, descubrimientos y peripecias de los vikingos en America fueron descritos por primera vez en dos sagas islandesas: la saga groenlandeses, escrita en el año 1200, y la Saga de Erik el Rojo, escrita en 1260. Ambos relatos, de autor anónimo, mezclan ficción y realidad sobre hechos sucedidos dos siglos antes y transmitidos oralmente, por lo que los estudios científicos complementarios para establecer la mayor o menor certeza de su contenido. Durante muchos años, se dudó de la autenticidad de las sagas y, por lo tanto, de lo que en ellas se contaba, hasta que en 1837. El arqueólogo danés Carl Christian Raf describió los indios de asentamientos vikingos en Norteamérica. Finalmente, en 1963 se comprobó su base histórica al excavarse un asentamiento vikingo en L’Anse aux Meadows cerca de la punta meridional de Terranova, y establecerse que las ruinas databan del año 1000 aproximadamente y que, seguramente, correspondían a Leifbundir, el puesto comercial fundado por Leif Ericsson. Sin embargo, algunos investigadores, basándose en las descripciones de las sagas, consideran que Vinlandia debía de ser un territorio mucho más cálido que Terranova, y la ubican más al sur. Coincida o no el asentamiento encontrado en L´Anse aux Meadows con la legendaria primera colonia de Leif Ericsson, lo que si está claro es que los restos arqueológicos demuestran la existencia de un poblado estable vikingo en Terranova. Las excavaciones realizadas revelaron la existencia de, al menos, ocho edificios, de ellos tres dormitorios con la capacidad para albergar en torno a 80 personas. Otro de los edificios estuvo dedicado a trabajos de carpintería y otro era una forja, similar a la de los poblados vikingos contemporáneos del norte de Europa. Todo indica que la colonia fue abandonada de modo pacifico o al menos no a causa de un ataque, a juzgar por los pocos restos encontrados (entre ellos, 99 clavos inutilizables, uno más en buenas condiciones y una aguja de coser), lo que parece indicar que sus ocupantes tuvieron tiempo de recoger cuidadosamente sus pertenencias antes de despedirse de la que fuera su residencia durante algunos años. Hay teoría sobre otros descubrimientos anteriores y posteriores a este de Leif Ericsson de la Costa Este norteamericana (incluidas algunas que hablan de posibles visitas de los chinos a la costa oeste), pero ninguna de ellos ha sido probada rotundamente. Por si fuera poco, algunos estudiosos creen que algunos petroglifos de Sudamérica son símbolos de escritura rúnica, lo que de rúnica, lo que demostraría que los vikingos tuvieron también contacto con las poblaciones locales. También se ha considerado que otras runas encontradas en Norteamérica (por ejemplo, las de Kensington, la Torre de Newport y Oklahoma) fueron hechas por poblaciones descendientes de los vikingos. En cualquier caso, lo cierto es que a partir de entonces los vikingos exploraron y colonizaron diferentes áreas del Atlántico Norte, que incluían la isla de Groenlandia y las actuales costas de Canadá y posiblemente Estados Unidos. Sin embargo, la colonización vikinga no tuvo el efecto perdurable de las posteriores colonizaciones europeas, aunque puede ser vista como un predulio a la colonización a gran escala emprendida tras el primer viaje de Colón.(Doval, Gregorio(), Los Vikingos Breve - Historia de los Indios Norte Americanos,)

1 comentario:

  1. Leif Eriksson, hijo de Erik el Rojo, en las sagas, dice que compro el barco de Bjarni, de esta forma fue como comenzó hacer sus espediciónes, visitando varios lugares, asu vez nombrandoles segúns su aspecto.

    En las sagas como nos dice el autor se hace una mezcla de fastasia y realida, pero al realizar las excavaciones el arqueologo Carl Raf, fue vinculando las fantasia con la realidad de los descubrimientos,al igual con el doctor Ingstand, excavaciónes realizadas dan prueba que colonias vikingas estuvieron asentadas y los investigadores muentran sus puebas.

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